PADRES Y MADRES DE FAMILIA

Desde Oaxaca:

Lamentamos, desde lo más profundo de nuestro corazón, la tragedia que vivieron y la pesadilla que enfrentan al entrar en contacto con autoridades que no merecen serlo. Nos encolerizamos ante la corrupción, el nepotismo, la negligencia y la irresponsabilidad que practican sin el menor empacho los dueños del dinero y del poder.

Nos indignamos ante la presión a la que están siendo sujetos y las estrategias del gobierno para hacer creer que en Hermosillo y Oaxaca son lugares en los que no pasa nada. Que México es el país del “no pasa nada”. Repudiamos el sistema de gobierno que nos ofrece como “razón” de Estado, y por muy diferentes razones, el amontonamiento de cadáveres, a lo largo y ancho del territorio, para demostrar que están trabajando con “valentía”

Sabemos que nuestras decenas de angelitos nos alientan desde arriba para renovar nuestras esperanzas. Compartimos el dolor que les embarga. Sentimos que, con lo ocurrido en Hermosillo, se nos clavó una espina en el corazón. Una espina que se está convirtiendo en luz y energía para los que queremos un país justo y pacífico.

• Superemos el país del “no pasa nada”. La tragedia vivida es inconmensurable y merece respuestas.
• Creemos que es necesario que todo mundo se entere de los hechos; y cuando decimos todo mundo es literal: que gente de todos los estados de la República Mexicana y todos los países del mundo sepa claramente lo que pasó y está pasando. Para ello habrá de echar mano de todos los medios de comunicación locales, nacionales e internacionales y, por supuesto, del internet.

Pensamos que todos los padres y madres de familia, que tienen hijos o hijas en guarderías, deben ponerse en acción, que vigilen la manera en la que se atiende a las criaturas y participen más intensamente en su educación y cuidado. Estemos preparados para una serie de maniobras sucias que intentarán disuadir, dividir, difamar, distorsionar y hasta criminalizar el movimiento que ustedes están iniciando. Mantenerse unidos en espíritu, alma y corazón es la clave para resistir. Hagamos un plan de acción para que la tragedia, el dolor, la putrefacción gubernamental y la ambición desmedida de los que se dedican a acumular el dinero, no queden en el olvido.